El funcionamiento de tales texturas es proporcionar realismo a la obra, hacerla creíble y lograr sensaciones en los espacios que observamos; como si el artista tratara de desafiar un sentido común.
La textura de la pintura es aquella que da forma y volumen a distintos tipos de creaciones artísticas plasmados en un lienzo o papel.
Puede haber varias escalas para clasificar la textura como el relieve, las líneas y la forma en que se expresa la pintura, entre otras.
Un lienzo fuerte, grueso reclama texturas sólidas, resueltas, decididas.
La textura nace en la pintura por la necesidad de plantearse una representación perceptible de la realidad y solo termina en la escultura donde tal cosa es absolutamente posible y definitivamente deseable.