De la misma forma que una imagen digital se representa mediante una matriz de píxeles, una textura se puede representar mediante un matriz de téxeles.
Cuando se aplica una textura a una superficie 3D, en el proceso conocido como mapeado de texturas, se asignan téxeles a los píxeles correspondientes que aparecerán en la imagen final.
Un téxel puede corresponder a varios píxeles, o bien ser de tamaño inferior a uno, en cuyo caso podría no ser visible.
El hecho de que un téxel corresponda a varios píxeles no quiere decir que estos vayan a tener un color uniforme.
En los ordenadores modernos, este proceso es llevado a cabo en la tarjeta gráfica.