Terremoto de Lima y Callao de 1630
La ciudad de Lima, entonces la capital del Virreinato del Perú, sufrió graves daños materiales, con varios muertos y lesionados.El movimiento se produjo en el mismo instante en que se procedía a encerrar el ganado para la lidia; al iniciarse los recios movimientos de la tierra, los encerradores atinaron solo a correr, quedando a su libre albedrío veinte toros bravos, los cuales, espantados, se desbandaron por todos lados, ante el pánico de las personas, que buscaron desesperadamente ponerse a buen recaudo.El movimiento parece que solo fue local, ya que no hay informes de daños producidos en otras ciudades del país (debió comprometer solo a la costa central del actual Perú) Juan Antonio Suardo, en su Diario de Lima (1629-1639), calculó los daños en los edificios en más de un millón de pesos; agregaba además que:Una tradición popular aseguraba que las vibraciones originadas por el seísmo hicieron rotar en una dirección y luego en la opuesta a una efigie de la Virgen en la Capilla de la Concepción, hecho que se atribuyó a un portento divino.Desde entonces la imagen fue conocida como la Virgen del Milagro y se le tributó veneración, dedicándose su fiesta anual el día 27 de noviembre.