[3] La etapa del escritor cuando escribió esta obra es la de un planteamiento social con la creación de un drama, donde se muestran las intrigas y las pasiones amorosas, que ya había planteado en una obra anterior suya: María Rosa.
[7] Tierra baja fue un éxito de público en la capital estatal, aunque la crítica madrileña la recibió con reticencia.
Hay que tener presente, para entender estas afirmaciones, que el realismo y el naturalismo ya se habían impuesto en la literatura española, y lo criticado lo era porque se veía como una rémora del pasado.
[9] Sin embargo, también se criticaron algunos aspectos como la figura de Sebastián (el gran terrateniente) o la estructura.
Este periodo se caracterizó por una cierta estabilidad institucional que impulsó un modelo liberal del Estado.
Estos nuevos métodos se acercaban a los recursos utilizados en la novela, haciendo un teatro más narrativo.
[16] El teatro realista llevaba más allá esta ruptura con el teatro clásico y utilizaba una temática más cercana a la sociedad con temas como, por ejemplo, los problemas domésticos de las clases emergentes burguesas (adulterio, problemas económicos, etc.).
[20] Se divide en tres actos, donde cada uno equivale a una parte de la narración clásica (presentación del conflicto, nudo y desenlace).
[6][19][21] La obra que fue publicada por Àngel Guimerà se desvía parcialmente de la idea original del autor, puesto que en principio Guimerà tenía la intención de ahogar a Marta en lugar de hacer que Manelic se fuera a vivir con ella en paz a la tierra alta, como en la versión publicada.
[8] El lugar que representa la Tierra baja es la villa o la ciudad donde sucede toda la trama dramática de la obra.
Las palabras "fiera", "lobo" y "bestia" son elementos simbólicos que toman diferentes connotaciones.
[8] Los personajes no utilizaban un lenguaje refinado ya que no se adecuaría al espacio escenográfico de la obra (la Tierra baja), sino que utilizaban un lenguaje con la inclusión de términos coloquiales, castellanismos, formas verbales como Hoy o qa, en lugar de las construcciones normativas[26][27] y expresiones populares o de otros recursos lingüísticos típicamente del ámbito popular y más cercanos al movimiento del "catalán que ahora se habla".
[6] Las obras costumbristas de Emili Vilanova permitieron a Àngel Guimerà incorporar el sentido coloquial en la obra, ya través de la documentación y del aprendizaje oral adquirió suficiente léxico adecuado al mundo que pretendía crear.
[8] Sin lugar a dudas, Manelic es el personaje con un hablar más característico y diferente al resto, porque se expresa con un dialecto que podría ser confundido con el de un montañero de los Pirineos, pero que sin embargo no se puede asociar a ningún dialecto conocido de los Pirineos, sino que fue una creación del propio Guimerá.
Por ejemplo, Manelic utiliza el término «San Sunyé» o «Sinyor» en lugar de «somier» y «señor», respectivamente.
Marta recibe maltrato psicológico de Sebastián, por un lado siendo una gratitud al dueño por haberla acogido, y del otro, ve que esta relación sentimental no es correcta.
Durante el transcurso de la obra Marta encarna a una chica de veinticuatro años[7] que psicológicamente es débil e inestable, pero a medida que avanza la obra evolucionan sus sentimientos.
Al principio del primer acto, Marta es una persona inocente y reservada que se debe casar con un hombre, Manelic, por imposición.
Desde el comienzo de la obra hasta que se enamora de Manelic, será una persona con una autoestima muy baja y frágil, sin ningún respeto a sí misma ni a su propia vida.
Es la figura que conjuga con la pureza de la Tierra alta, y se caracteriza por su inocencia e ignorancia.
A partir de aquí, ve que la única opción para sobrevivir es escapar con su mujer en la Tierra alta, donde podrán vivir lejos del pecado del mundo urbano, y así, poder huir de esta tortura.
Sebastián tiene aproximadamente cuarenta años y es el gran terrateniente de la Tierra baja.
Por esta razón, cuando se entera de que todo ese matrimonio era por culpa de Sebastián, se siente culpable ya que quiere a Manelic como si fuese su hijo.
Según Tomás, es llamado mossèn (padre) porque había estudiado para serlo, sin embargo, no lo es en realidad.
Su carácter no está muy marcado por culpa de las pocas intervenciones durante la obra, pero es conocido por su fidelidad al amo.
Lo que hace para limpiar un poco su conciencia es, por un lado, hablar con Tomás y le cuenta que ha sido objeto de una trampa, por la otra, Manelic, le empieza a hablar, con segundas, del lobo.
Según el propio Guimerá, Nuri es una chica cándida y juguetona que por su carácter es objeto de burlas.
Los cuatro se caracterizan por ejercer de campesinos cotillas de la obra, y que incluso llegan a ser crueles con sus comentarios y con sus burlas malintencionadas, tanto hacia Manelic como a Marta.
Son campesinos que están bajo las órdenes del amo, e incluso le ayudan a expulsar el pastor de casa.