Se dice que en el pasado los adoradores de Kali le ofrecían sacrificios humanos en este lugar, en la actualidad se hace con sangre de animales como gallinas y cabras.
Originariamente, era una pequeña choza, que luego fue reemplazada por el actual edificio, donado por una familia noble.
La leyenda del templo, relata que un devoto descubrió un rayo luminoso proveniente de las aguas del río Bhagirathi (río Hugli); al acercarse comprobó que surgía de un dedo del pie tallado en piedra, y comenzó entonces a adorar a la diosa en medio de la jungla.
[1] La diosa destaca por el color negro de su rostro, tiene tres grandes ojos rojos, en dos de sus manos sostiene una espada o cimitarra y una cabeza cortada que representa al rey asura Shumbha.
[2] El templo suele estar lleno de fieles los martes, sábados y domingos.
La diosa Kali, a pesar de su apariencia, es vista y considerada como una madre (Kali Ma) para todos los devotos y peregrinos que buscan su ayuda en la solución de sus problemas internos.
Los sacrificios de cabras negras se siguen practicando en el Templo Kalighat, generalmente muy temprano al amanecer,[3] tras lo cual se exponen los cadáveres que serán purificados por el fuego al atardecer.