Sus guitarras fueron muy populares durante las primeras décadas del siglo XX, siendo exportadas internacionalmente.
Desde 1909 abrió un taller junto a otros dos socios Francisco Armengol y Francisco Lloréns, sociedad que existió hasta que en 1915 Armengol abandonó dejando solos a Lloréns y Julve.
Del taller de Julve salieron muchos constructores que tras un período de formación abandonaron el taller para probar suerte por su cuenta, con desigual fortuna.
Entre ellos destaca Ricardo Sanchis que tras 8 años en el taller se estableció en solitario en 1925.
Tras su muerte en 1945 el negocio fue continuado por sus hijos Juan y Telesforo Julve Torres.