Pintor al que la bohemia y la miseria llevaron a la realización de una obra prolífica pero bastante irregular, en la que sobresalen algunos cuadros en los que se retrata el paisaje asturiano, en especial los alrededores de Oviedo y del Nalón, con justeza de dibujo, luz y color.
La niñez de Cuevas se caracterizó por la discreta posición económica de su familia y la educación que recibió junto con sus otros hermanos, dibujantes y pianistas de calidad; tampoco le faltaron el cariño a su persona y los halagos a su obra.
Vio cómo su cuadros eran calificados de "hermosísimos"; su gusto de "irreprochable", su persona de "eminente" y de "gran pintor asturiano"; sin embargo nada pudo con su vida bohemia y murió a los ochenta y cinco años en el Hospital Provincial de Asturias.
Su dos grandes amores, Asturias que retrató en multitud de ocasiones, y la comida, que le faltó en también bastantes, son los motivos principales de sus cuadros.
Sus cuadros y dibujos se cuentan por cientos.