Teleonomía

El término fue acuñado por Monod por contraposición al de teleología (aplicable a finalidades que son planeadas por un agente que pueda internamente modelar o imaginar varios futuros alternativos, proceso en el cual tiene cabida la intención, el propósito y la previsión) alrededor de 1970 y expuesto en su libro El azar y la necesidad.

Un proceso teleonómico, sin embargo, como podría entenderse por ejemplo la propia evolución, da lugar a productos complejos sin contar con esa guía o previsión.

A medida que se acumula información sobre las funciones y las estructuras más beneficiosas, se produce la regeneración del entorno mediante la selección de las coaliciones más aptas de estructuras y funciones.

La teleonomía, en ese sentido, estaría más relacionada con efectos pasados que con propósitos inmediatos.

Alfredo Marcos, "Teleología y teleonomía en las ciencias de la vida", Diálogo Filosófico, n.º 22, pp.