El oficio de tejedora es artesanal y ancestral, ha sido practicado de generación en generación, en diferentes culturas alrededor del mundo.
[3] En Guatemala las mujeres se organizan y juntas comenzaron a tejer.
Desde 2015 en lugares como la aldea de Pachay a través de la Asociación Tikonel, que agrupa tejedoras locales.
[6] Desde 1968, Manos del Uruguay, una organización sin fines de lucro que producen en forma artesanal y que trabaja con tejedoras uruguayas que se encuentran en zonas rurales.
En la localidad de Cerro Chato trabajan tejedoras con productos naturales: “sin nada de químicos, sino con lana teñida con yuyos como la marcela, yerba, cáscara de naranja o remolacha; para cuidar el medioambiente”.