Estos tatamis se usaban antiguamente para recubrir todo el suelo en las habitaciones más destacadas (salvo en la cocina, baño o entrada) colocándolas en un peldaño inferior, al ras del suelo de entrada.
En la actualidad pueden también elaborarse con poliestireno expandido aunque, al menos en Japón, no es lo más habitual.
El borde de cada estera se recubre con un brocado, o simplemente con tela verde oscura.
Tanto los tatamis como los fusumas son elementos que fueron determinantes en la arquitectura japonesa.
Sus diseños están compuestos por formas puras, materiales nobles y colores sobrios.
Aunque el diseño basado en tatami era típico de Japón occidental y el diseño centrado en los espacios entre columnas predominaba en Japón oriental, varios factores provocaron excepciones a esta distribución.
Existen variadas reglas acerca del número y la colocación de los tatamis.