En la mitología vasca, Tarteloa (con variaciones como Tarta o Arabiarra) representa a un cíclope antropomorfo, gigantesco,[1][2] con costumbres antropófagas y comportamiento terrorífico.Vivía en las montañas, según algunas fuentes en un monte próximo a las localidades navarras de Zizur Mayor y Astráin, el monte Erreniega (1.057m, conocido más como Monte del Perdón por la ermita que tiene en la cumbre dedicada a la Virgen del Perdón) o en el monte Saadar en Cegama (Guipúzcoa), donde hay un dolmen llamado Tartaloetxea ("casa de Tartalo").Su tamaño es descomunal al igual que lo es su fuerza, y su entretenimiento favorito es tirar piedras de un monte a otro.Cuenta la leyenda que debido a este entretenimiento se crearon varias construcciones existentes hoy en día.Al contrario que otros personajes también gigantes, como los "Jentilak", Tartalo es perverso, de instintos salvajes y muy agresivo.