Las enseñanzas de esta escuela eran sencillas: "Por el Prístino Voto de Amida, cualquier persona puede alcanzar la Tierra Pura.
Para la gente común y corriente que no puede dedicarse a las prácticas severas, basta con recitar el nombre de Amida".
En su origen, la corriente dominante del budismo consideraba que para alcanzar la iluminación se necesitaba realizar la "práctica difícil", o el entrenamiento severo, a ser posible, de un bonzo.
En este sentido, podría decirse que esta escuela reestructuró el budismo desde el requisito de alcanzar la iluminación por el Propio Poder al budismo del Otro Poder por medio del nenbutsu.
A ello se debe que el budismo de la Tierra Pura fuera aceptado ampliamente como la religión y la práctica espiritual para los débiles y la gente común.