Durante los siguientes cinco siglos la selva ha ido colonizando progresivamente el templo, en particular mediante dos especies arbóreas dominantes: el ficus gibbosa[2] y el tetrameles nudiflora.
[2] El templo pertenece al estilo Bayon; el último "gran periodo" de la arquitectura jemer.
Las gopuras están adornadas con cuatro enormes rostros de buda —uno por cada punto cardinal— esculpidos en la roca.
Éste ocupa una superficie de una hectárea y posee una geometría compleja, estimándose que contenía hasta 39 prasat o templos piramidales.
El templo estaba construido con arenisca, si bien partes de su superficie probablemente estuviesen decoradas con estucos y con planchas metálicas,[3] ya desaparecidas.