El túnel mueve aire verticalmente a aproximadamente 195 km/h, lo cual es la velocidad terminal de un humano en caída libre (salto en paracaidismo) en posición horizontal (de barriga).
[1] La primera persona que voló en un túnel de viento fue Jack Tiffany en 1964.
Actualmente, es el más potente del mundo, ya que cuenta con cuatro motores de succión con una potencia superior a 1000 CV.
Este simulador permite al paracaidista experto practicar aquellas figuras que realizará posteriormente en solitario o en grupo; y a quienes se inician en este deporte les ayuda a practicar en un entorno controlado y con la ayuda de un instructor.
El túnel cuenta además con medidas de seguridad pasivas, como un sistema de redes elásticas y metálicas en la parte inferior para que el usuario no choque contra el suelo, un detector de presencia para evitar que choque contra el techo y un sistema para evitar una parada repentina en caso de fallo en el suministro eléctrico.