‘Sweet Exorcist’ es un álbum profundamente lírico y, al mismo tiempo, sus ritmos y temas capturan nuestros tiempos como sólo Curtis puede hacerlo”, declaró Art Kass en una rueda de prensa.
[2] Entre las canciones del álbum se encuentra «To Be Invisible», de la banda sonora de Claudine, que trata sobre el peso aplastante del mundo para muchas personas.
[2] La portada del lanzamiento en vinilo original, diseñada por Bill Ronalds, muestra a hombres parecidos a dioses griegos sosteniendo planetas en medio de un mar de esqueletos humanos.
[3] El título del álbum Sweet Exorcist se muestra prominentemente visualizado en letras estilizadas en mayúsculas.
Como siempre, la música es tan deliciosa como las voces, con todo arreglado en un orden casi perfecto.
Podría haber evitado esta confusión llamando al álbum "To Be Invisible" por su única canción interesante, de la banda sonora menos lucrativa de Claudine, donde Gladys Knight la canta mejor que él”.