Sucesos de Benagalbón

Los vecinos se concentraron frente al colegio electoral, que se encontraba protegido por la Guardia Civil, y allí estalló el conflicto tras negarse a firmar el acta del resultado el presidente de la mesa y el alcalde de la localidad.

Es conocido que el guardia civil fue decapitado a consecuencia del golpe, lo cual hizo que su cabeza rodara por la gran cuesta de la Calle del Canalizo hacia abajo concluyendo en que un centenar de personas viesen la cabeza rodar abajo durante varios minutos hasta llegar al río.

Los sucesos tuvieron repercusión nacional y pasaron a formar parte de la cultura popular, formandose diversas leyendas en torno al suceso.

Se cuenta que durante su condena, el homicida murmuraba cosas sin sentido y tenía miedo de ser asesinado.

La leyenda popular cuenta que si se visita la cuesta del suceso durante la noche puede oírse el rodar de la cabeza