El nombre de la isla fue otorgado por los vikingos (en nórdico Stafi-oy, cuyo significado literal es ‘isla de columnas’) quienes la llamaron así por sus columnas, en referencia a las columnas de basalto que existen en la isla.
Tiene 33 hectáreas de territorio y su punto más alto está a 42 metros sobre el nivel del mar.
La isla de Staffa obtuvo cierto renombre tras visitarla Sir Joseph Banks a finales del siglo XVIII.
Ya en siglos posteriores, otras personalidades, incluyendo a la reina Victoria o al compositor Félix Mendelssohn, visitaron la isla de Staffa.
Se puede acceder a ella en barcos turísticos que parten desde Oban, Mull y otras localidades cercanas y permiten al visitante admirar la belleza de sus grutas y contemplar a los frailecillos anidando en el lugar.