Estos recintos son, para muchas familias de origen coreano, un punto de encuentro y un puente entre el pasado y el futuro.
La atención se centra en el mundo interno de David y sus profundas luchas e incertidumbre, cuando es joven, sobre cómo ser un buen hijo, pero también cómo ser él mismo en lo que es una conservadora familia y comunidad rígida.
El único privilegio que se le concede es que puede utilizar el spa cuantas veces quiera pero, una vez allí, descubre un mundo subterráneo de sexo gay que le aterroriza y le excita al mismo tiempo.
Los padres de Cho ((Youn Ho Cho y Haerry Kim) no consiguen sacar adelante el negocio de su restaurante, y agobiados por las deudas miran al futuro sin esperanza.
Entonces, el protagonista comienza a descubrir los bajos fondos de su propio barrio y encuentra un trabajo de muchas horas en un spa, lo que le sirve para costear los estudios que sus padres ya no pueden permitirse.