Al mismo tiempo, se anunció que la empresa LAN abriría una filial argentina compuesta por el plantel de LAFSA, incluyendo a quienes trabajaban en Southern Winds.
La idea comercial del proyecto era prestar servicios aéreos a las grandes ciudades argentinas sin pasar por Buenos Aires.
Históricamente en Argentina casi todos los servicios aéreos empiezan o terminan en Buenos Aires, lo cual perjudica a los viajeros que no tienen a esa ciudad como origen o fin de sus vuelos.
Para ello creó LAFSA (Líneas Aéreas Federales S.A.) que operativamente volaba en conjunto con SW.
Contaba con unos 800 agentes, que le costaban al fisco argentino $ 3 millones mensuales en sueldos.