Se piensa que en esta sonata ha utilizado otras piezas contemporáneas como inspiración.
Mucho más mozartiano es el segundo tiempo, envuelto en una gracia tierna y melancólica típica en las obras del autor.
Haydn se encuentra presente nuevamente en el presto final.
Otro estilo presente es el denominado "estilo galante", nuevo en la época, el cual encamina a Mozart en su búsqueda de nuevas tendencias y lo hace en Múnich, en donde encuentra más ejemplos brillantes causados por la influencia de la escuela francesa.
Es apreciable el hecho de que en el segundo movimiento se presenta un tema similar al del Concierto para piano n. 23.