Soldados japoneses que no se rindieron tras el final de la Segunda Guerra Mundial

Los zan-ryū Nippon hei (残留日本兵, soldados de Japón dejados atrás?

Varias fuentes consideran al oficial de inteligencia Hirō Onoda, que se entregó en marzo de 1974, como el último rezagado, sin embargo, parece que el último confirmado fue Teruo Nakamura, quien se entregó en diciembre de ese mismo año.

Fueron varios los intentos llevados a cabo tanto por los estadounidenses como por los japoneses para convencer a los rezagados de que se entregaran.

Se dejaron caer desde el aire en varias islas miles de octavillas que informaban del fin de la guerra, y en otras se usó equipos de megafonía pero los rezagados pensaron que se trataba de una artimaña del enemigo.

Se indicó en diversos medios[12]​[13]​ que dos soldados, Yoshio Yamakawa, de 87 años de edad, y Tsuzuki Nakauchi, de 85, se entregaron a las autoridades militares filipinas en 2005, pero el hecho resultaría ser un fraude.

Fotografía de la entrada a la reproducción de la cueva del escondite japonés Shoichi Yokoi en Guam.