Sesentayochista

[3]​[4]​[5]​[6]​ La calificación de soixante-huitard,[7]​ en francés calcada o imitando el término communard,[8]​ designa pues las ideas más o menos utopistas y contestatarias, que en especial surgieron en los medios revolucionarios izquierdistas franceses en ese tiempo,[9]​[10]​ y en particular las que se aproximaban al anarquismo[11]​ y al llamado New Age.

[12]​ Con el paso de los años, este término tomó un sentido más bien peyorativo,[7]​ especialmente cuando fue usado por la generación siguiente, precisamente para expresar el nuevo conflicto generacional que entonces se planteaba.

[13]​ Los detractores[14]​ de estos enfoques de la generación de los sesentayochistas (en ocasiones también señalada como generación del baby boom),[15]​[16]​ entre otras cosas la consideraban y consideran como demasiado egoísta, ya que como consecuencia del llamado estado de bienestar,[17]​ ellos tuvieron buenos sueldos y buenas jubilaciones y pensiones, así como una situación laboral que se acercaba al pleno empleo (o al desempleo estructural).

[17]​ Y como si todo esto no fuera poco, no son pocos los hijos de los "soixante-huitards" que deben soportar a padres a veces algo hipócritas y exigentes, que incluso por momentos les reprochan los esfuerzos y sacrificios que ellos tuvieron que hacer para criarles y para mejorarles sus oportunidades frente a la vida,[21]​ y que en alguna medida abandonaron sus iniciales posiciones extremadamente contestatarias[22]​[23]​ pues cambiaron o suavizaron su forma combativa y radical de pensar[24]​ (ya que con el paso de los años se volvieron más tolerantes, y más abiertos a ciertos posicionamientos de la sociedad, aunque en algún sentido también pasaron a ser más conservadores respecto de otros cambios de posiciones como por ejemplo con el rol de la mujer o con el matrimonio homosexual).

En efecto, las elecciones presidenciales francesas de 1981 y la llamada Vuelta del rigor implementada en 1983 (en francés: Tournant de la rigueur), marcaron el fin de ciertas ilusiones y esperanzas, en el sentido de que se tomó conciencia que no sería posible cambiar significativamente el mundo en el que se vivía (la sociedad en la que se vivía).

París, mayo de 1968: "Prohibido prohibir" .