El servicio se afana en preparar la casa para recibir a unos ilustres huéspedes: Los "Barcelona", que no son otros que la familia real española en el exilio.
Aparentemente, esta historia de amor no tiene ninguna razón para no marchar sobre ruedas pero Juan Carlos y Sofía tendrán que luchar contra varios obstáculos para consolidar su relación.
Sofía es cristiana ortodoxa y Juan Carlos católico.
La visita de los Condes de Barcelona a la familia real griega, causa una tremenda inquietud en el ánimo de Franco, el dictador que reclamó a Juan Carlos con siete años para educarlo en la filosofía del régimen en territorio español.
El encanto de Sofía conseguirá ganarse la amarga voluntad del general Franco.