son sociedades anónimas, que tienen por objeto exclusivo la adquisición, tenencia, disfrute, administración en general de valores mobiliarios y otros activos financieros.
Su capital está dividido en acciones y gozan de personalidad jurídica propia.
Los accionistas pueden determinar el pago o no de dividendos, obteniendo así un diferimiento en el pago de impuestos y por tanto una disminución a partir del primer año (personas físicas).
Los accionistas pueden tomar decisiones corporativas, nombrar a los miembros del Consejo de Administración, designar los auditores de la Sociedad, sustituir la sociedad gestora o el depositario.
Los accionistas pueden establecer en todo momento la política de inversión y los activos en que estar invertidos, respetando los coeficientes legalmente establecidos, pues a la Sociedad no se le exige definir de forma previa en qué tipo de activos va a estar materializada su inversión: Flexibilidad.