Sinfonía n.º 7 (Shostakóvich)

[5]​ Inicialmente cada movimiento iba a tener un subtítulo que serviría para dar una idea programática de la obra.

Más tarde confesó a Volkov: «El tema de la invasión no tiene nada que ver con el ataque.

Hasta las ratas habían desaparecido engullidas por los humanos, que empezaron a practicar el canibalismo.

Algunos no tenían fuerza ni para soplar sus instrumentos de viento; es más, algunos murieron por el esfuerzo durante el ensayo, que fue el primero y el único y se terminó apenas a los quince minutos, dada la poca energía que tenía la pequeña banda de supervivientes.

[6]​ Fue necesaria una muy meticulosa contrapreparación de artillería para evitar un ataque directo al teatro, donde se encontraba presente la plana mayor del Ejército Rojo, el Partido Comunista y el gobierno soviético de la ciudad; además, se transmitió por radio a todo el pueblo y por la ciudad a través de altavoces, lo que implicó que también la escucharan los alemanes, quienes intentaron detener la interpretación cañoneando el teatro, sin lograrlo.

Luego vuelve a repetirse el primer tema de un modo más sereno, recobrando el carácter que tenía al principio.

Flora Litvinova, amiga del compositor, también contó que su trabajo «no solo trata sobre el fascismo, sino también sobre nuestro sistema».

El debido contraste lo encuentra en episodios en forma de danza lenta, interpretados por la madera.

En la parte central el tema principal es acompañado por síncopas de la cuerda en un nuevo recuerdo mahleriano.

El punto máximo culmina con gran violencia, como una parodia cruel de los grandilocuentes temas corales.

El Finale vuelve al estilo monumental del movimiento inicial con temas grandiosos y gloriosos que culminan en un interminable clímax en do mayor.

Sin embargo, fue un gran éxito y tuvo más de mil interpretaciones en los Estados Unidos durante la guerra, transformándose también en Occidente en un símbolo de la lucha del pueblo soviético contra el fascismo.

La sinfonía, que pasó de ser una obra patriótica a ser una obra subversiva a partir del supuesto testimonio de Shostakóvich, no se interpretó regularmente en Occidente hasta más tarde.

Shostakóvich en 1942.