Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina
Esta situación se ve favorecida por la merma en la producción de cine extranjero durante la Segunda Guerra Mundial, que lleva a una mayor difusión del cine nacional en el continente americano, especialmente en los países de habla hispana.Por esos años llega a ser común la escena de trabajadores durmiendo en los estudios durante la noche para retomar el rodaje al día siguiente y los conflictos entre trabajadores y productores se vuelven cotidianos.Con la llegada de Juan Domingo Perón al escenario político esta situación conflictiva cobra otro color.El apoyo a los trabajadores desde el Estado se suma al particular interés del peronismo por el cine.Una vez terminado el conflicto bélico, los Estados Unidos pasaron a dominar la situación internacional y convirtieron al comercio en una herramienta de su política exterior.Los estadounidenses, entonces, decidieron castigar la neutralidad argentina en la Segunda Guerra con la restricción de película virgen al país, al tiempo que incrementaban sus envíos hacia países aliados como México, Cuba y Venezuela.Como en tantas ocasiones, la industria argentina debió afrontar la escasez apelando al ingenio y la improvisación.“Por abajo”, se hicieron varias maniobras de contrabando para ingresar película sobrante desde México y Venezuela vía Chile.Apoyados por los intereses estadounidenses, los exhibidores se niegan a cumplir con la cuota de pantalla para el cine nacional establecida por el decreto, aduciendo que las películas argentinas no convocan al público.Durante sus casi cuatro años de vigencia AGICA consigue firmar los primeros convenios globales para los trabajadores cinematográficos.En la práctica, desaparece la figura del delegado y la actividad sindical se retrae dejándole el terreno libre al avance de los productores que comienzan a nuclearse en asociaciones empresariales.Argumentan que es inconstitucional porque vulnera el derecho a disponer del propio patrimonio y suspenden todos los estrenos de films nacionales.Finalmente, una nueva mediación entre las partes permite arribar a un acuerdo por los términos de exhibición hasta junio del año siguiente.Al año siguiente la situación remonta un poco pero sin alcanzar los picos del lustro anterior.En una asamblea de SICA el Secretario General, Ramón Martínez, hace una moción para marchar hasta el INC y tomar el edificio.SICA marcha hasta el INC y se produce la toma en rechazo al decreto presidencial.En esos años muchos técnicos migran hacia la publicidad y comienzan a especializarse en esa veta.En la práctica, se centralizaban las decisiones en una persona desactivando un órgano medianamente democrático como era el directorio.La actividad gremial también recibe la ola renovadora de estos tiempos y los nuevos técnicos se interesan por participar.Tras largas sesiones, presididas por Mario Soffici, se llegó a elaborar un proyecto que satisfacía las exigencias de todos los sectores (artísticos, técnicos y patronales).En agosto del '74 ese proyecto fue enviado al Congreso por Isabel Perón, ya entonces Presidenta de la Nación.Se trabaja con mucha intensidad y con una participación por parte de los afiliados nunca antes vista.La industria cinematográfica padece también las consecuencias: durante el '76 se producen sólo una docena de películas.El INC pierde su autarquía y pasa a depender del Ministerio de Hacienda.El INC retacea el crédito hasta volverlo inexistente y los técnicos migran hacia las cooperativas resignándose a las condiciones humillantes que imponen los productores.Mientras tanto, la cooperativas se consolidan como método de producción, vulnerando el CCT, estableciendo escalas salariales ilegales mucho más bajas que las oficiales y desfinanciando al Sindicato y a la Obra Social de los trabajadores.