Dispuesto en ocho tratados, por Simón López, Barbero de un hospital incógnito.
Dedicado a todos los que con Caridad, desean haçer este ofiçio Methodicamente, resaltando actividades de cuidado, administración, docencia e investigacíón, funciones estas cuatro que son las actuales en la profesión de la Enfermería.
Después viene el prólogo, los ocho tratados y los índices.
La obra está escrita en un límpido, claro, preciso y castizo castellano, que no excluye los refranes: «...Sobre lo qual traen una sentencia los Médicos, diziendo: Fiebres otoñales, largas o mortales» o «Y de aquí emanó el adagio bulgar que dize: Agua buena, sin color, olor, ni sabor y que la bea el sol» ni, en determinadas situaciones, un lenguaje humorístico que esconde un agudo sentido crítico del autor: «En ensuciándose todo esto, se le mudará otro tanto, y deste modo hasta que se acabe la fluxión o el enfermo [en caso de diarrea]»; «E bisto muchas beces la ignorancia que en esto tienen algunos, que por racón de su ofifio debrían saberlo, que me pareció abrirles los ojos (y aquí no con cáusticos) con raçones...».
Esta obra constituye, junto al manual realizado por la Mínima Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres, Instrucción de Enfermeros, para aplicar los remedios a todo género de enfermedades, y acudir a muchos accidentes que sobreuienen en ausencia de los Médicos, en su segunda edición (Madrid: Imprenta Real, 1625), muy ampliada por el Hermano Andrés Fernández desde la primera (Madrid, 1617), constituyen las obras clásicas sobre la enfermería del siglo XVII español.