La explicación más extendida y aceptada es que los indígenas de la zona le llamaban al lugar "Sierra Amarilla".
Más tarde se comenzó a denominar Sierras Bayas a ese mismo paraje, pues es el color bayo amarillento de la dolomita el color más característico de las sierras.
[1] El pueblo minero comenzó a formarse en 1879 cuando se abrieron las primeras canteras del lugar, aunque según informes de la provincia ya había asentamientos en los años 1849.
Por la producción minera muchas de estas sierras ya no existen, destruyendo así, cuevas y cavernas milenarias.
Rural, pesquera y aventurada, brilla entre el granito rojo de sus canteras, ganando espacio entre los destinos del interior bonaerenses.