Es la máxima autoridad fiscal responsable del cobro de impuestos en México.
Con tal medida, este órgano desconcentrado redujo su estructura orgánica al desaparecer la Dirección General de Interventoría, cuyas funciones y recursos se redistribuyeron a la Contraloría Interna.
El desarrollo tecnológico aplicado en el campo fiscal en México ha traído beneficios para los contribuyentes, gracias a las actualizaciones que han facilitado el pago de las obligaciones, simplificando y mejorando los procesos para agilizar el cumplimiento de conformidad con las disposiciones legales.
[3] Con toda esta modernización, se ha dotado de mayor transparencia, rapidez, seguridad y personalización al sistema de cumplimiento tributario en México, favoreciendo tanto a personas físicas como a micro, pequeños y medianos empresarios.
Sin embargo, la recaudación en los últimos cinco años ha aumentado en más del 60%, a razón de un promedio de 16% anual, representando el 13.9% del Producto interno bruto (PIB).
Las unidades desconcentradas tienen diversas sedes en las Entidades Federativas, pero ejercen sus atribuciones en todo el territorio nacional.
Otorgando mayores facilidades para inscribirse al RFC y para cumplir con las obligaciones, el SAT ha logrado incorporar a más del 100 por ciento de la población económicamente activa, lo cual coloca al país en niveles comparables de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
[cita requerida] Hasta 2003, la persona titular del SAT se denominó Presidente y se encontraba sujeta al nombramiento directo del Presidente de México.