[4][2] El servicio amoroso guardaba ciertas semejanzas con el vasallaje, especialmente con el concepto de obediencia.
Según Sandra R. Alfonsi, todo el concepto de servicio amoroso se inspiraba en el juramento del vasallo de servir a su señor con lealtad, tenacidad y valor.
Estas mismas virtudes se exigían al suplicante masculino.
Al igual que el hombre de confianza respecto a su soberano, el varón se acercaba a su dama con temor y respeto, se sometía obedientemente a ella y esperaba un feudo o, en este caso, un honor de recepción como hacía el vasallo.
A veces se denominaba a los hombres domnei o donnoi, que significaban una actitud de devoción caballeresca de un caballero hacia su Dama basada en la servidumbre y el deber.