No está incluida en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, por lo que no tiene reconocimiento oficial.[1] Es una gallina rústica, vivaz, muy bien acostumbrada a la vida en el campo, pasa todo el día escarbando y buscando alimento.Su rusticidad viene marcada por la dureza climatológica de esta zona.Su patrón es el siguiente: El abandono del medio rural y la llegada de las nuevas razas de híbridos durante años, han desplazado a la gallina serrana, poniendo en grave peligro su existencia.Tiene más de setenta y dos socios y un gran número de ejemplares repartidos por todo el territorio turolense e incluso en la comarca castellonense del Alto Palancia.