Tales disposiciones son conocidas como Brush Rules e incluyeron el formato de establecer el campeón al mejor de siete juegos.
[5] Los neoyorquinos enfrentaron a Philadelphia Athletics con un grupo estelar de cinco lanzadores encabezados por Christy Mathewson quien había tenido al menos treinta juegos ganados esa temporada y por tercera ocasión consecutiva.
[6] La serie estuvo empatada a una victoria por equipo, pero Nueva York ganó los demás encuentros obteniendo el título.
El mismo Mathewson obtuvo una marca de 3-0, todas por blanqueadas.
Entre otras hazañas, el juego cuatro enfrentó a los lanzadores Eddie Plank (PHI) y Joe McGinnity (NY) en el que es considerado uno de los duelos de monticulistas más célebres de Series Mundiales.