Los Pirates arribaron con su estelar parador en corto Honus Wagner, quien ostentaba el mejor promedio de bateo en la temporada regular por la Liga Nacional (.339), y los lanzadores Howie Camnitz y Vic Willis, cada uno con al menos veinte victorias.
Los Tigers, en su tercera Serie Mundial al hilo, eran encabezados por Ty Cobb quien había logrado su tercer título de bateo consecutivo por la Liga Americana y los pitchers George Mullin, Ed Willet y Ed Summers.
Con la serie empatada, Adams tomó el montículo por Pittsburgh y otra vez se agenció el triunfo (8-4).
Los Tigers acudieron nuevamente a Mullin para la victoria del siguiente día (5-4) y dejar la serie nivelada.
En el definitivo séptimo juego los Pirates se alzaron con la Serie Mundial con otro desempeño impecable de Adams con una blanqueada (8-0).