Serapio Aquino había sido llevado a Ñancahuazú como cuidador de la finca y luego se integró al ELN junto a otros 30 guerrilleros bolivianos.
[4] En su libro sobre la Guerrilla de Ñancahuazú, Eusebio Tapia, transcribe el siguiente relato realizado por Serapio Aquino: - Cuándo, regresaron los militares a la casa calamina, me preguntaron de nuevo ¿quienes eran los guerrilleros?
El oficial dijo.- Vamos a dar parte al comando y luego regresamos.
Cuando las tropas se dividieron, fue asignado a la columna comandada por Juan Vitalio Acuña Nuñez («Joaquín»).
Eusebio Tapia, quien compartió la columna con Velasco se refiere al hecho del siguiente modo:
Pocas semanas después, el 9 de octubre, el Che Guevara moriría fusilado ilegalmente en La Higuera (Bolivia).