Los grupos separatistas eclesiásticos son grupos cuyos miembros creen que no deberían interactuar con nadie excepto con sus correligionarios, por ello tienden a quebrarse y formar sectas.
El separatismo religioso ha llegado a ser un rasgo particular de algunas iglesias protestantes en las cuales el gobierno eclesiástico y la autoridad teológica residen a nivel congregacional local.
[4] La "negativa a asociarse con grupos que adhieren a creencias doctrinarias o prácticas cuestionables" es denominada "separación de primer grado", mientras que "la separación de segundo grado" hace referencia a "evitar asociarse o identificarse con grupos o individuos que no practican la separación de primer grado.
"[5] A comienzos del siglo XXI existen numerosas denominaciones y grupos separatistas.
Masters sostiene que ello "ha resultado en un evangelismo debilitado, mundano y psicológico en Gran Bretaña."