Sensor fotoeléctrico

Un sensor fotoeléctrico o fotocélula es un dispositivo electrónico que responde al cambio en la intensidad de la luz.

Atendiendo a su longitud de onda, la radiación electromagnética recibe diferentes nombres.

Un led es un semiconductor, eléctricamente similar a un diodo, pero con la característica de que emite luz cuando una corriente circula por él en forma directa.

Los ledes pueden ser construidos para que emitan en verde, azul, amarillo, rojo, infrarrojo, etc.

Las fotocélulas son usadas cuando no es necesaria una gran sensibilidad, y se utiliza una fuente de luz visible.

Fuentes de luz habituales Con la excepción de los infrarrojos, los ledes producen menos luz que las fuentes incandescentes y fluorescentes que comúnmente iluminan el ambiente.

Los ledes pueden estar “encendidos” y “apagados” (o modulados) con una frecuencia que normalmente ronda un kiloHertz.

Sin embargo, los sensores fotoeléctricos son también utilizados, para detectar contraste (detección de marcas) o color, y para esto se requiere que la luz sea visible.

La instalación se ve dificultada por tener que colocar dos aparatos separados y con los ejes ópticos alineados de manera precisa y delicada, ya que el detector emite en infrarrojos.

Debido a esto, la detección no es afectada por el color del mismo.

La luz infrarroja viaja en línea recta, en el momento en que un objeto se interpone el haz de luz rebota contra este y cambia de dirección permitiendo que la luz sea enviada al receptor y el elemento sea censado, un objeto de color negro no es detectado ya que este color absorbe la luz y el sensor no experimenta cambios.

Sensores de luz más característicos.