Selina Chönz

Tras largos períodos en Lausana y Oxford para aprender las lenguas, volvió al Engadin, en Suiza.

Más tarde siguieron la historia de Flurina y otras obras.

Durante varios años una amiga de Chönz le insistió al artista suizo Alois Carigiet para que ilustrara el libro.

Siguieron varias obras escritas por Chönz e ilustradas por Carigiet.

Los libros han sido editados en varias lenguas y siguen editándose, tanto es así que la última edición alemana del Schellenursli es del 2003.