La selección de fútbol de Checoslovaquia fue el equipo representante de aquel país en la Copa Mundial de Fútbol Sub-17 y en la Euro Sub-16, y era controlada por la Asociación Checoslovaca de Fútbol.
Su único logro importante fue ganar el título continental en 1990 en 5 apariciones continentales, y clasificaron para el Mundial Sub-17 de Japón en el año 1993, accediendo a los cuartos de final.
Luego de la separación de República Checa y Eslovaquia en 1993, el equipo se disolvió y dio paso a las selecciones de República Checa y Eslovaquia, considerando a la selección checa como su sucesora.