Segregación en la reconstrucción

Desde entonces, se implementaron medidas adoptadas por el Congreso para salvaguardar los derechos al sufragio de las minorías.

En Tennessee se formó en 1865 un grupo de esta categoría denominado Ku Klux Klan,[4]​ grupo integrado por personas perdedoras de la pasada guerra civil; dicha organización se desplegó por la zona sur en una red que vigilaba muy de cerca a cada posible votante tomando y planeando medidas que apostaban a la represión contra el ejercicio del sufragio afroamericano.

El grado de violencia que utilizó este grupo fue tal que acudieron a medidas como la intimidación, los asesinatos, destrucciones de propiedades, agresiones físicas y verbales e incluso linchamientos contra la población negra y los blancos simpatizantes.

El Ku Klux Klan fue suprimido mediante medidas adoptadas por el Congreso y enjuiciándolo como un delito Federal e impulsó reglamentaciones que penaban cualquier acción de violencia contra los negros o cualquier acto que impidiera el acceso de éstos al sufragio; llegando incluso a tomar medidas por parte del presidente de ordenar el despliegue de las fuerzas armadas para reprimir cualquier organización formal o no que atentara contra las estipulaciones ratificadas mediante la Enmienda.

Por el contrario se reafirmaron otras, compuestas por paramilitares en su mayoría, veteranos de la reciente guerra y que eran proclives a mantener el statu quo determinado y oponerse a los cambios sociales que se habían iniciado.

Tras las elecciones de 1876, se llegaron a determinados acuerdos entre la presidencia y los Estados del Sur, hecho que desencadenó un “Compromiso” en 1877,[5]​ donde el Gobierno Federal retiró sus tropas del sur que vigilaban las posibles acciones en contra de las estipulaciones de la Enmienda, hecho que puso fin formal a la “Era de la Reconstrucción”, momento en que los demócratas sureños ya habían podido recuperar la supremacía en estados como Carolina del Sur, Luisiana o Florida.

En la práctica esto se traducía como un bloqueo a las minorías que no podía contar con las exigencias.

Los sureños blancos se quejaban de esta inclusión dado que el número de negros electos en las oficinas locales aumentó ampliamente, aunque no lograron ganar muchos escaños estatales, en lo local ganaban peso y visibilidad.

La segregación racial seguía institucionalizada, pero no solo desde la ley sino desde las prácticas en la vida cotidiana.

Medida que claramente apunta a excluir del derecho al voto a los más pobres, dados que estos claramente no tendrían recursos para estar al día con sus impuestos.

Carolina del Sur, Lousiana (1889) y más tarde, Virginia incorporaron el requisito educativo en sus nuevas constituciones.

La violencia y la intimidación llevaron a que muchos de ellos no votaran, sobre todo por temor.

[13]​ Refiriendo a la ley en concreto podemos ver que la misma, requiere una caja separada para cada afrodescendiente donde deberá insertar la papeleta en la casilla correspondiente, de los contrario el voto no contaría.

Muchas papeletas fueron rechazadas arbitrariamente, ya que se desviaron un poco de los requisitos.

En virtud de la nueva Constitución, se produjo una caída masiva en los votantes negros registrados.

[16]​ Esta coalición realizó avances impresionantes en la elección de 1896, en momentos en el cual la mayoría legislativa se amplió, el republicano Daniel Lindsay Russell ganó la contienda por la gubernatura en 1897, el primer gobernador republicano del Estado desde el fin de la reconstrucción en 1877.

La población afrodescendiente norteamericana en el siglo XX afrontó una dura tarea a la hora de recuperar su capacidad política, en lo que refiere al ejercicio de los derechos constitucionales, aquellos que les eran innegables a los ciudadanos.

Hacia fines del siglo XIX, es reconocido por su papel educativo en el Instituto Tuskegee, buscó financiamiento económico para los desafíos legales en cuanto a la privación de derechos y segregación.

confirmó las disposiciones emanadas desde este organismo estatal con respeto a la situación en los Estados del Sur.

Si bien algunos demandantes negros ganaron resoluciones a su favor en a Corte Suprema, los estados crearon rápidamente formas alternativas para excluirlos del proceso político y cualquier participación política que pudieran tener.

La NAACP se organizó en ciudades de todo el país, creciendo también la incidencia en los estados del sur.

En 1944, el Tribunal Supremo revisó un caso en Texas y falló en contra de la política segregacionista.

Tras lo sucedido en 1944, las organizaciones por los derechos civiles en las principales ciudades de Estados Unidos, comenzaron a movilizarse rápidamente para registrar potenciales votantes afrodescendientes.

En la práctica, la mayoría de los registradores descalificaban a los afrodescendientes por no saber escribir.

Recién hacia los años 60, creció el número de votantes afrodescendientes que podían aprobar tan estrictas pruebas.

Este fue un momento más que importante en tantas décadas de lucha y muertes.

En 1965 organizó una nueva marcha para luchar contra los test de calificación para votar que debían realizar los votantes afrodescendientes.

Richard Russell, senador sureño dijo ese día: "Vamos a resistir hasta el amargo final cualquier medida o cualquier movimiento que tendría una tendencia a lograr la igualdad social, el mestizaje y la fusión de las razas en nuestros Estados del Sur”.

Es no prohibió explícitamente las pruebas de alfabetización, que habían sido utilizados para descalificar a los afrodescendientes y los pobres votantes blancos.

Los afroamericanos comenzaron a entrar en el proceso político formal, la mayoría por primera vez en el Sur.

Cartel de propaganda racista sobre la supremacía blanca,1866.