En 1905 se instaló definitivamente la Real Academia de Jurisprudencia y legislación, creada en 1730.
Una parte de la fachada se retranquea formando una concavidad.
En una hornacina de esa concavidad se aloja una gran escultura que representa a la Justicia.
La portada sigue una disposición neoclásica, con balcón, frontis partido por el escudo real y columnas de piedra.
Destacan su salón de actos y la escalera principal.