El Sedantag fue primero conmemorado extraoficialmente por los veteranos de guerra del Reichsheer alemán, pero el régimen de Otto von Bismarck consideró útil la celebración de una festividad que pudiera ser conmemorada por todos los reinos y estados que se habían fusionado en el recién creado Imperio Alemán.
Así el Sedantag se transformó desde 1872 en "día nacional" del Imperio alemán de modo informal, aunque oficialmente la fiesta nacional aún era conmemorada en el cumpleaños de cada káiser.
No obstante, en tanto el Sedantag no festejaba un evento personal sino colectivo, se utilizó para toda clase de celebraciones nacionalistas y ganó popularidad entre las masas.
No obstante, también empezó a ser cuestionado por el creciente movimiento socialista del SPD alemán, que menospreciaba la festividad como un pretexto para exaltar el patrioterismo, el militarismo aristocrático, y el conformismo acrítico hacia la dinastía Hohenzollern, mientras las reivindicaciones del proletariado eran ignoradas.
El Sedantag era también resistido por los católicos alemanes, que rechazaban la festividad como excusa para exaltar el "protestantismo nacional-liberal" de Bismarck y su intento de someter las confesiones religiosas a las políticas imperiales (como sucedió durante la Kulturkampf).