Schaub

Son estos colonos los que envían buenas nuevas sobre el nuevo mundo a su país natal, lo cual hace que los jóvenes compatriotas aventureros e inquietos no duden en trasladarse a este lugar llamado “sur de Chile”.

Wilhelm Schaub Rübeling, hombre inquieto y soñador, fue uno de los tantos jóvenes que recibieron la buena noticia.

Se emplea durante tres años en la ciudad de Osorno, período que le permite juntar suficiente capital como para renunciar y trasladarse a Los Sauces donde inicia sus actividades comerciales.

Ahí conoce a su futura señora, María Fenner, también originaria de Kassel, lo cual facilitó la amistad y más tarde el matrimonio.

Los productos de la fábrica están ya bien introducidos en el país y encuentran fácil venta a precios lucrativos.

El emprendedor decide que este será su nuevo hogar y comienza a comprar terrenos en 1894.

Planta arboledas desde el plano hasta el cerro y se construye una modesta “ranchita”.

Entre otras razones, elige Chiguayante como lugar para vivir por su localización estratégica; tiene agua de vertiente que cae directo desde la montaña, lo recorre la orilla del río Bíobío junto a la línea férrea y se disfruta de la naturaleza.

Es allí donde comienza una nueva empresa, dedicándose a sanar gente con técnicas alternativas que había aprendido de su madre.

Al respecto, el Diario El Sur informaba: Los baños de Chiguayante están situados en un bellísimo lugar a orillas del Bío-Bío, de Concepción y se puede ir a ellos por tren en 10 minutos.

El establecimiento está dentro de un hermoso parque, y los baños son surtidos por aguas que brotan en las mismas montañas.

Las personas que deseen medicinarse por la hidroterapia encontrarán los consejos adecuado y una alimentación vegetariana.

Este precioso lugar es muy conveniente para quienes estén convalecientes y para aquellas que deseen veranear.

Con ese proceso modernizador, la industria Schaub se instalaba como la primera en Sudamérica en dicho rubro.

La imprenta tiene contactos y amistades en el Viejo Mundo, y son ellos quienes les envían correspondencia con nuevas invenciones en maquinaria o referencias en el área de la impresión, corte o plisado de papel.

Tener esa conexión con el extranjero les permitía estar en la vanguardia a nivel nacional, no pasaban inadvertidos en el rubro manufacturero; la pulcritud con que sus operarios llevaban a cabo sus labores los definían como una empresa eficiente.

Al respecto, recuerda: “Los libros de contabilidad los diseñé yo, siendo contador, uno sabe lo que necesita”1 Ciertamente esto no es algo muy común.

Empresas que incluyan este tipo de trabajo colaborativo entre sus empleados es una característica que permite comprender también parte del funcionamiento y en particular la esencia de la fábrica, un negocio cercano y familiar.

Desde el comienzo, la familia Schaub estuvo preocupada por el bienestar y prosperidad de la localidad.

En este sentido, se produjo una relación recíproca entre la comunidad de Chiguayante y la fábrica Schaub.