Satélite geoestacionario

Un solo satélite geoestacionario puede proporcionar comunicaciones confiables aproximadamente a un 40 % de la superficie terrestre.[1]​ Los satélites permanecen en órbita como resultado del equilibrio entre las fuerzas centrífuga y gravitacional.Las órbitas geosíncronas son circulares, centradas en la Tierra, por lo que su velocidad orbital es constante.Sólo existe una órbita geoestacionaria terrestre; sin embargo está ocupada por una gran cantidad de satélites ya que es el anillo de más interés, al no requerir las estaciones terrestres un cambio continuo en el ángulo con que se apunta al satélite.Para un observador estático en la superficie de la Tierra, un satélite geoestacionario se percibiría como situado en un punto inmóvil en el cielo.
El punto verde y el marrón están siempre en línea en una órbita geoestacionaria.
Satélite geoestacionario Syncom 3.