En la época de la república romana, los Lusitanos y otras tribus íberas iban a la batalla contra los romanos con esta planta, para usarla si se veían en claro peligro de ser prisioneros.
Estas plantas contienen anemonina, una sustancia muy tóxica para los animales y los seres humanos.
En la piel humana estas plantas pueden crear ampollas (dermatitis), mientras que en la boca pueden causar dolor intenso y ardiente de las membranas mucosas.
[1] Según la medicina tradicional, estas plantas son antirreumáticas (reduce el dolor debido a la inflamación de las articulaciones), antiespasmódicas (reduce los espasmos musculares, y también relaja el sistema nervioso), emenagoga (regula el flujo menstrual) y rubefaciente (trae la sangre a la superficie, aliviando la presión interna).
Ranunculaceae) y táxones infraespecíficos: 2n=32[4] Ver: Ranunculus Sceleratus: epíteto, del latín ‘criminal, que causa la muerte’.