Sapitwa

La erosión ha dejado a la vista las rocas ígneas de las cumbres, sienita, cuarzo-sienita y granito.

Sin embargo, las llanuras que rodean la montaña están densamente pobladas.

El macizo fue visto por primera vez por David Livingstone en 1859, pero el Sapitwa no fue ascendido por un europeo hasta 1984.

Las precipitaciones superan los 1.300 mm en las zonas bajas, con más de 300 mm en enero, pero por encima de 2.000 m son mucho más abundantes, y el pico es conocido por las nieblas y las tormentas que lo envuelven mientras en el altiplano hace sol.

En los valles crece una vegetación única, entre las que destaca el endémico cedro de Mulanje.

Vista del macizo de Mulanje.