Jacobo de Nísibis (Jacobus, Ἰάκωβος) (Nísibis 270-341), conocido también como Santiago de Nísibe o Jacobo Magno (Magnus) o el Grande (ὁ μεγας), fue un religioso sirio.
Escogió la vida de soledad y ascetismo en las montañas, durmiendo sobre los matojos la mayor parte del año y buscando el refugio de alguna cueva en los meses más rigurosos del invierno.
Teodoreto de Ciro le atribuye facultades de taumaturgo y profeta y otros poderes milagrosos, incluso resucitar a los muertos.
Eso fue considerado una respuesta a las oraciones de Jacobo.
Probablemente murió unos tres años después (hacia 341 o 342), aunque que Dionisio, patriarca de los jacobitas, en su Crónica Siria, sitúa su muerte en 338.