San Beuno había primero optado por una vida solitaria, pero luego estableció una comunidad de religiosos en Clynog-vawr.La tradición señala que en este lugar fue donde fue construido el convento de Santa Winifreda.Aunque solo tenía quince años, mantenía una vida de devoción y austeridad, pasando noches enteras en la iglesia.El saber que Winifreda había resuelto alejarse del mundo y consagrarse a Dios, solamente pareció encender aún más los deseos y la pasión del pretendiente, quien le pidió vehementemente que accediera a sus deseos.La cabeza rodó por la inclinación y llegó a detenerse cerca del nacimiento de un manantial.San Beuno, escuchando la tragedia, dejó el altar y acompañado de los padres llegó al lugar donde estaba la cabeza.Cuando la Misa hubo concluido, se arrodilló junto al santo cuerpo, ofreció una plegaria a Dios y ordenó que el manto fuera retirado.Milagrosamente restaurada a la vida, Winifreda pareció vivir como en un constante éxtasis y tener familiares conversaciones con Dios.Al parecer Winifreda vivió en Gwytherin como una reconocida santa en vida, primero en humilde obediencia a la abadesa, y luego de la muerte de la superiora, como abadesa ella misma, hasta su propia muerte.Es el lugar más frecuentado por los peregrinos en Gales, que desde el siglo VII se bañan en ella intentando conseguir la curación milagrosa de sus dolencias.