En el exterior de la iglesia los esbeltos cipreses recuerdan la restos del antiguo cementerio.
Seguidamente, aparece una segunda construcción en el siglo XII, también románica, y de la cual tan sólo resta la pica bautismal.
La pica bautismal románica del siglo XII fue descubierta en 1970 escondida detrás de un tabique.
Debido al abandono de la zona, a finales del siglo XX la iglesia llegó a presentar un estado ruinoso y deplorable, pero durante el siglo XXI ha sido rehabilitada nuevamente para evitar su progresivo deterioro.
Además, se añadió un drenaje detrás del ábside y la sacristía para evitar que el agua de lluvia se filtrara en el interior del edificio principal por su pared posterior.