Apoyado por los sindicatos, asumió la presidencia de su país (1966) y varios ministerios.
Subió las distintas filas del ejército francés con el que luchó en Indochina y Argelia.
En 1980, las huelgas, desencadenadas por el sindicato de docentes, se generalizaron.
Es absuelto, después de varios testimonios que abogan a su favor.
Sangoule Lamizana se casó con nueve hijos, siete de ellos vivos.