San Sebastián es una obra del pintor renacentista italiano Sandro Botticelli, ejecutada en 1474.
Era costumbre común desde los tiempos medievales fijar pinturas en los pilares interiores de las iglesias.
Se representa al santo prácticamente desnudo, inmediatamente después del martirio.
Su actitud es casi de "distanciamiento", soportando serenamente las seis flechas que se le han disparado.
La imagen de los verdugos abandonando el lugar es un tema muy raro que no suele representarse.